Desconcertados se encuentran los familiares del auxiliar de Policía Julio Cesar Del Río Castro y el vigilante Rafael Armando Ahumada, tras sus muertes en hechos violentos, la noche del miércoles, en el barrio Siete de Abril, en Barranquilla.

Las primeras declaraciones que han dado los familiares de las víctimas es que Julio y Rafael “eran amigos de la infancia”. 

Marivel del Carmen, madre de Rafael, contó que su hijo y el auxiliar de Policía “eran íntimos amigos, eran amigos de casi 12 años, se conocieron desde pelaitos y estudiaron juntos”. 

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La mujer señaló que se enteró de lo ocurrido por medio de un vecino que llegó diciendo: “Vecina, le balearon a ‘paquito’”. 

Por otro lado, una tía del auxiliar de Policía manifestó que “nos dicen a nosotros que era que iban a matar al amigo y de una vez la misma bala se le introdujo, porque el muchacho estaba cerca de la moto de mi sobrino”. 

La allegada de Julio César pidió que se hiciera justicia por su muerte. 

“Lo único que les puedo decir es que yo quiero que hagan justicia por mi sobrino, porque la verdad es que esa muerte de mi sobrino no puede quedar impune, porque si mi sobrino hubiese sido malo, lo aceptaría. Pero mi sobrino, era buen hijo, buen sobrino, hermano y buen nieto”, dijo la mujer quien no quiso revelar su identidad. 

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Julio Cesar Del Río soñaba con ser Policía, según las declaraciones de su tía.  

“Ya él estaba haciendo todos sus papeles para irse a hacer el curso de patrullero. Es lo único, porque el sueño de él era ser un patrullero de la Policía”. 

El doble crimen tuvo lugar en la calle 68 con carrera 4A sur.